Un impresionante fenómeno astronómico sorprendió a miles de personas en Europa durante la noche del domingo 26 de octubre, cuando dos bolas de fuego de color verde esmeralda cruzaron el cielo, una sobre Moscú y otra sobre Budapest, con apenas una hora de diferencia.

El evento, captado en varios videos difundidos en redes sociales, muestra un intenso resplandor verde que iluminó el horizonte y generó un breve estruendo, lo que provocó una ola de reacciones y teorías sobre su origen.

El fenómeno sobre Moscú y Budapest

El primer destello fue visto sobre Moscú, donde una bola de fuego atravesó la atmósfera a gran velocidad, dejando tras de sí una estela luminosa visible durante varios segundos. Apenas una hora más tarde, otro objeto con características similares fue registrado sobre Budapest, lo que ha generado una intensa discusión entre expertos y aficionados.

Aunque los datos oficiales sobre su velocidad, altitud o ángulo de entrada aún no se han publicado, el video difundido por testigos muestra con claridad la brillante tonalidad verde y el efecto luminoso del fenómeno.

Posibles explicaciones: meteorito o basura espacial

Los científicos que analizan ambos eventos manejan dos hipótesis principales:

  1. Meteorito natural:
    Un fragmento de roca espacial que ingresa a la atmósfera terrestre a gran velocidad —entre 11 y 72 km/s— generando un bólido o bola de fuego que se desintegra a gran altitud.
    Cada año impactan en la Tierra alrededor de 17,000 meteoritos, la mayoría de los cuales se desintegran antes de alcanzar el suelo.
  2. Basura espacial:
    Restos de satélites, etapas de cohetes o fragmentos de naves espaciales que reingresan a la atmósfera tras perder su órbita. Estos objetos suelen tener trayectorias más lentas y patrones de desintegración distintos a los meteoritos naturales.

El color verdoso observado podría explicarse por la oxidación de metales o la interacción con componentes atmosféricos, fenómeno que ocurre tanto en meteoros naturales como en objetos artificiales durante la reentrada.

Si se confirma que se trató de meteoritos, podrían recuperarse fragmentos en tierra; si fue basura espacial, los restos probablemente se hayan desintegrado por completo.

Basura espacial: una amenaza constante

Actualmente, orbitan la Tierra alrededor de 36,500 piezas de más de 10 centímetros, más de un millón de fragmentos medianos y más de 128 millones de piezas pequeñas imposibles de rastrear.

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