El relleno negro se ha convertido en uno de los platillos más emblemáticos de la gastronomía yucateca que surge de la mezcla entre la herencia maya y la influencia española. Sin embargo, hay una leyenda detrás de este manjar que deja a más de uno con la boca abierta y en TV Azteca Yucatán te contamos lo que se sabe al respecto.

¿Cómo se prepara el relleno negro?

Nuestros ancestros nos enseñaron que el relleno negro se prepara con carne de pavo o pollo y su famoso “but” de carne molida de cerdo y huevos sancochados, además de añadirle un sabor ahumado y distintivo con chiles secos quemados.

Este guiso suele servirse en un plato hondo con su caldo oscuro y espeso, aunque hoy en día también se disfruta en tortas y salbutes, pero las generaciones antiguas solían cocinarlo bajo tierra para que se impregnara del aroma a humo.

Hoy en día, este platillo es infaltable en celebraciones como bautizos, bodas y graduaciones, pero cobra relevancia en el mes de noviembre al formar parte de las ofrendas del Janal Pixán, la festividad yucateca dedicada a los difuntos.

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¿Por qué está ligado con la muerte?

Las creencias antiguas indican que este platillo estaba fuertemente ligado a la muerte y la purificación de los pecados al bañar el cuerpo del fallecido con agua tibia y con esa misma agua preparaba el relleno negro que después ofrecerían durante el velorio.

De acuerdo con la creencia, este inusual ritual transfería los pecados del difunto a los vivos, lo que permitía que el alma partiera limpia al más allá. Y aunque no existe evidencia de que esta práctica se realice actualmente, el relato se mantiene vivo en la memoria colectiva como parte de los mitos y leyendas del Mayab.

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